Fumar, mascar y vapear ponen sustancias químicas dañinos en su cuerpo. Hay alrededor de 7000 sustancias químicas en el humo de los cigarrillos, pipas, hookah y cigarros. Cosas como arsénico (veneno para ratas) y formaldehído (momias). Esas otras sustancias químicas (no la nicotina) causan la mayoría del daño a su cuerpo. El tabaco de mascar también tiene muchas sustancias químicas que causan cáncer. Y si vapea, sigue inhalando muchas sustancias químicas además de la nicotina. Aún se desconocen los efectos a largo plazo de la inhalación de esas sustancias químicas calentadas.
El consumo habitual de tabaco lleva a la adicción. Fumar tabaco, mascar o vapear liberan nicotina en su cuerpo. Con el tiempo, la nicotina cambia su cerebro. Cuando es adicto y fuma, masca o vapea, sus células en el cerebro liberan grandes cantidades de neurotransmisores que lo hacen sentir bien. Le recuerda que el tabaco es justo lo que necesita, cuanto antes. Cuanto más se resista, más anhelará esa sensación de bienestar. Y puede volverse más ansioso e irritable. Ese es el síndrome de abstinencia de nicotina.
El consumo de tabaco alivia el síndrome de abstinencia, pero no dura mucho. Cuando se fuma, la nicotina llega al cerebro en tan solo 7 segundos. Así es como se mantiene enganchado. Pero el alivio es fugaz, porque su cuerpo procesa la nicotina rápidamente. Para algunas personas solo dura un par de minutos. En poco tiempo, vuelve a estar ansioso e irritable. El ciclo continúa.